Rio, a one night dream

Kits Rhodes Dom Oct 05, 2008 11:51 pm

Vacaciones… Tiempo de olvidarse de la vida diaria, el teléfono, las noticias, todo. Y yo decidí largarme al lugar más lejano que me permitió el tiempo: Antigua. Un paraíso único. Deliciosas playas, sol tibio y tragos de fantasía. Todo lo que necesitaba era mi traje de baño y un frasco de bronceador. El resto se vería en el camino.

No había nada mejor que estar ahí.

Sin embargo, mi vida en Antigua cambiaria radicalmente una mañana cuando descubrí que en una de las playas ocultas una gran cantidad de material de filmacion y gen te por todos lados… Una película, pensé mientras comenzaba a instalarme para tomar el primer sol del día. Fue cuando los vi y no quería creerlo, eran los Duran Duran. Los había conocido un año antes en Inglaterra en una tocata en el Rum Runner de Birmingham y me encantaban… ¿Que estarían haciendo acá?

Me decidí a averiguarlo.

- Hola- le dije a un tío que tenia cara de asistente- ¿Qué pasa?

- Russel Mulcahy esta filmando un video con los Duran Duran

- Ni mas ni menos que Russel- dije yo casi con un suspiro- Eso significa que a los Duran les fue bien.

- Si, son muy populares, señorita… ¿Los conoce?

- Si, hace un año- y pronto se me ocurrió una idea- Me gustaría pasar a saludarlos, si no hay problema.

- No lo creo… ahora están en maquillaje.

Me acerque decididamente hacia ellos. Eran mas atractivos de lo que los recordaba, sobre todo el tecladista que ahora lucia una cabellera roja (cuando lo conocí usaba el pelo negro.) Llegue hasta maquillaje y los salude como si fuera lo más normal del mundo.

-Hola, ¿se acuerdan de mi?

- Yo si, tu estuviste en varias tocatas de nosotros en el Runner- dijo Nick mirándome directamente a los ojos- Lo único que nunca supe es tu nombre

- Soy Nikki, Nikki Rhoads, un placer por fin poder decirte mi nombre...

- Yo soy Nick Rhodes, jajajaja

- Si, lo se es curioso… Pero mi apellido se escribe diferente estoy segura. Jajajaja!

- En todo caso, ¿Nikki qué andas haciendo por acá?

- Vacaciones. Necesitaba desconectarme del mundo un rato, por lo visto ustedes ya son súper famosos, están grabando con el señor Mullcahy.

- Si, a nosotros también nos sorprende… La filmacion termina hoy a las cuatro, quieres ir a tomar algo conmigo después… En la noche además tenemos una fiesta

- Me encantaría, Nick. Nos vemos entonces. Yo estaré por acá en todo caso, quiero ver la filmacion y tomar sol

- Ah… Me halaga

Me aleje un poco para instalarme al sol mientras Nick se preparaba para algunas escenas a filmar. Salí de ahí con más de lo que deseaba… Sobre todo, el detalle de que Nick se acordaba de mí. Qué habría sido ese detalle que lo hacia recordarme sin duda, se lo preguntaría con una copa en la mano y mas tranquila.

Pronto me empezó a invadir esa sensación de que había echo algo tremendo y comencé a temblar. De donde había sacado esa personalidad y como había actuado tan natural. Sin duda, Nick tendría algo que preguntarme a mí.

Pase el resto del día, comiendo barritas de chocolate, tomando piñas coladas sin alcohol (no quería llegar ebria a juntarme con Nick) y absorbiendo el sol de Antigua. A las cuatro y cuarto, una sombra cubrió el sol que tomaba… Y la sombra me hablo

- Siento haber llegado tarde, debes haberte aburrido mucho- dijo la voz

Abrí los ojos solo para ver a Nick a contra luz. Me alegró y no me había dado cuenta que llevaba atrasado quince minutos.

- Hola, la verdad es que no me había dado cuenta… ¿Cómo fue todo?

- Me gustaba mas filmar videos de bajo presupuesto… es un gran trabajo.

- Me imagino…- dije recogiendo mis cosas y colocándome un delicado vestido de algodón sobre el bikini.

- Te vez bellísima- dijo el ofreciéndome el brazo- ¿Vamos?

- Vamos

Me llevo a un precioso restaurante cerca del hotel, era carísimo, de hecho yo ni siquiera me acercaba para que los precios no me golpearan, sin embargo, ahora entraba como Pedro por su casa del brazo de Nick Rhodes.

- Que quieres tomar… O tal vez quieres comer algo, has pasado todo el día en la playa, no te vi almorzar...

- ¿Me espiabas?- le pregunte juguetona

- Digamos que de cuando en cuando te miraba para saber si seguías ahí.

Sonreí y observe la carta. Había gran cantidad de exquisiteces, pero no me atrevía a pedir nada, no con esos precios.

- ¿Indecisa? Te recomiendo el salmón ahumado

- Oh, pero…

- No te fijes en gastos… Yo estoy invitando, déjame ser tu caballero en brillante armadura hoy- dijo con una sonrisa galante que casi me hizo desmayar.

- Entonces probare el salmón

- Buena elección…- y dándose vuelta al mesero indico, dos salmones ahumados con ensaladas surtidas y vino blanco, por favor- todavía no era ese refinado caballero experto en vinos por allá por el 82.

- ¿Nick?- le dije recordando los pensamientos de la playa- ¿Cómo te acordabas de mi?

- Oh… Bueno, es difícil olvidar una cara tan bella que te mira fijamente tocata tras tocata. Lo único malo es que nunca me atreví a hablarte, lo siento.

- Bueno, ya estamos hablando ¿no?

Se rió.

Así pasó la tarde tranquila, comimos, nos reímos y hablamos de nada, de Inglaterra y de cómo nos vinimos a encontrar en un lugar tan lejano.

Finalmente, la noche llegó y Nick y yo fuimos a su hotel, donde había una recepción para la banda y los asistentes del video.

Era un salón increíble, con un piano y una gran pista de baile. Muchos estaban bailando, entre ellos pude ver al vocalista, Simon Le Bon como un trompo con la peluquera. Era muy divertido. Todos parecían pasarlo muy bien.

-Acompáñame- dijo Nick tomando mi mano al punto de hacerme sentir escalofríos por todo el cuerpo

Nos acercamos al piano y el se sentó, invitándome a hacer lo mismo. Ahí el se puso a jugar con las teclas mirándome a los ojos, esperando que yo hiciera lo mismo, así es que le seguí la corriente y comencé a hacer sonar las teclas que tenía mas cercanas.

Así estuvimos un buen rato, jugando con las teclas, creando música disonante que sólo él y yo conocíamos. De pronto una fuerza superior a nosotros comenzó a envolvernos a través de los sonidos, era algo que iba más allá del instinto. Sin darme cuenta, me acerque a él y lo bese. Fue un beso largo, apasionado y delicioso que el respondió con la misma ternura.

Pronto y sin que nadie se diera cuenta, salimos de la fiesta besándonos y acariciándonos directo a la habitación donde se alojaba. Apenas cerró la puerta me saco el vestido de algodón y no tuvo muchos problemas con mi bikini de amarras. Así estaba delante de el desnuda y con ganas de que me tocara, me acariciara y me montara. Lo deseaba y necesitaba como nunca antes había necesitado a alguien.

- Eres aun mas hermosa de lo que recordaba, eres perfecta- murmuró mientras se acercaba para besarme de nuevo y bajar desde mis labios a mi pecho.

Se sintió el éxtasis puro cuando me acaricio con su lengua los pezones, estaba húmeda, caliente y necesitaba que tomara… Por eso decidí apurar las cosas y comencé a desvestirlo con furia.

- Te estas demorando mucho- le dije riendo.

Por fin lo podía apreciar. Esa piel blanca, perfecta con un par de lunares perfectos para lamer y besar. No dude en hacerlo. De pronto, lo tenía caliente. Esos lunares eran unos puntos débiles que aproveché al máximo.

No sé como pasamos de estar de pie a la cama, pero pronto estaba encima de el lista para montarlo, húmeda, deseosa, desesperada. Podía escucharlo suspirar mi nombre, Nikki, Nikki, era mío y yo era de el y nada nos podía detener. Lo monté lentamente, aprovechando cada centímetro de su verga dura y dispuesta.

Al principio no apuré las cosas y lo monte suavemente, disfrutando de cada empuje, de cada movimiento, para luego ir aumentando la velocidad. Sin darme cuenta, Nick logro darme vuelta para quedar el arriba y siguió empujando cada vez mas rápido, mas frenético, yo me dejaba llevar, suspirando, llamándolo, quejándome en éxtasis, en lujuria.

De pronto como si fuera la misma muerte comencé a sentir como el orgasmo se apoderaba de mi cuerpo, al principio apreté los labios, pero Nick se acerco a mi oído para murmurar entrecortadamente

- Quiero ver tu orgasmo- lo que hizo que gritara por más…

Pronto sentí su orgasmo y como se iba sobre mi cuerpo y caía como un peso muerto y jadeante. Lo abracé y me quede así por largo rato sintiendo como su respiración se aquietaba y una que otra risa corta.

Se echó al mi lado y pronto me acomodé con él, poniendo mi cabeza en su pecho.
- Cuando hayamos descansado- me dijo al cabo de un rato- quieres ir a la marina a caminar conmigo

- Si, me encantaría…

No recuerdo si dormimos o no, pero ya era de madrugada cuando salimos del hotel a esa caminata prometida.

El cielo estaba plagado de estrellas y hasta se podía ver la línea de la Vía Láctea, así con ellas, la luna y la brisa del mar como testigos, llegamos al pequeño muelle. Ahí las olas rompían con calma y nos sentamos en silencio.

- En dos días mas debo volver a Inglaterra- le dije rompiendo el hielo

- ¿Nos volveremos a ver?- preguntó sin mirarme.

- No lo sé…- era cierto, el tenia su vida y yo la mía, obligarnos a toparnos no era opción.

-Hagamos una promesa…- dijo mirándome a los ojos- siempre recordaremos Antigua

- Siempre recordaremos este día- le dije- es una promesa.

El viento, el mar y las estrellas fueron nuestros testigos. Nunca olvide Antigua y se que el hasta hoy aunque no nos hemos vuelto a ver, se que el todavía recuerda ese día, esa noche y esa promesa.