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Sweet Dark Nick (Goodbye is Forever)

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Mensaje  Kits Rhodes Dom Oct 05, 2008 11:56 pm

Qué tiene de especial una mesera como yo... No mucho realmente. Sirvo mesas en un restorán similar al Hooters al cual van muchos chicos apuestos y hombres que no tienen nada que hacer y, de vez en cuando, alguien que necesita olvidarse de quién es tras un pitcher de cerveza y un buen plato de comida. Así es como mi vida se cruzó con la de él: Nicholas James Rhodes o Dark Nick, como lo bauticé por su abundante cabellera azabache.

“Hola, mi nombre es Poly y esta noche seré tu mesera”, le dije en cuanto se sentó en una de las mesas que me correspondían. Al principio ninguna de nosotras supo quién era. Sólo vimos llegar a un hombre un poco excéntrico, como tantos otros que entran a nuestro local. Sin embargo, algo llamó mi atención. Se le veía triste, deprimido, como si el peso del mundo estuviera en sus hombros.

“Hola”, me respondió él atisbando una leve sonrisa. “Sólo quiero un pitcher y el mejor plato de la casa, lo dejo a tu elección”, me dijo entregándome la carta.

“Hey, cowboy… problemas con la chica?”

Me miró como alguien mira cuando lo han descubierto en una falta. Sin duda había dado en el clavo, pero no dije nada y fui por su pedido.

Al llegar a la cocina, estaban todas las chicas cuchicheando… Creo que una de ellas, Barbie, lo había reconocido.

“Les digo que es él… Es Nick Rhodes!”

“El famoso tecladista de Duran Duran y de Arcadia”, le dije yo. “¿Y qué puede estar haciendo él acá, cuando con su dinero puede ir a un restorán con más clase?”

“No sé, pero te aseguro que es él....”, repitió ella

Lo miré desde la barra y sí… Barbie tenía razón era Nicholas Rhodes. Admito que su cabello negro me tenía perdida absolutamente, claro en las fotos estaba acostumbrada a verlo de rojo fuego o rubio dorado, pero jamás negro… Negro. Era un color que le sentaba muy bien, sus ojos se veían casi transparentes y su piel, pálida como la última nieve del año.

Le llevé su pedido sin pensar en lo mucho que me gustaba él y que yo lo estaba atendiendo. Eso siempre es un causal para el desastre y no quería andar pagando platos o jarros de mi sueldo.

“Siéntate”, me dijo en cuanto le serví.

“Pero, yo… No puedo, son las normas”, le respondí sintiendo cómo mi cara se ponía roja.

“Si viene tu jefe, yo hablaré con él, por favor”, me dijo indicándome la silla delante de él.

Me senté y lo miré largo rato mientras el comía y bebía en silencio, tal vez buscando las palabras con las que explicarme su actitud.

“¿Cómo supiste?”, dijo finalmente

“¿Disculpa?”, le respondí un tanto desconcertada.

“¿Cómo supiste que tenía problemas?”

Me sentí un poco mal por dejarlo tan al descubierto, pero si él deseaba hablar de ello, mejor era seguirle la corriente.

“La verdad es que por acá vienen muchos clientes con su misma cara, señor Rhodes y al cabo de un rato bebiendo siempre te terminan contando su vida completa. Apenas lo vi llegar, lo vi triste y deprimido y con los ojos pensativos. La cara de un hombre que sufre por una chica”

“Por lo visto sabes quién soy también”, dijo él con una sonrisa, la primera de la noche. “¿A qué hora termina tu turno?”

“En una hora más y si quiero terminarlo bien debo irme, señor Rhodes”, le dije poniéndome de pie.

“Por favor, llámame Nick y te estaré esperando, quiero tomarme un café contigo después… Quiero saber más de tu magia”

Bajé la vista un poco avergonzada… Nick Rhodes coqueteando conmigo. "La Barbie querrá matarme", fue lo que pensé.

El turno terminó sin mayores novedades y con una propina que salvaría el resto del mes. (Sin duda fue Nick, pero jamás lo admitió) Barbie efectivamente se moría de envidia y Paz que entraba en el turno siguiente cuando me vio salir del brazo de su amado… Si las miradas mataran.

Caminamos en silencio. El seguía sosteniendo mi brazo como si yo fuera un tesoro o una princesa. No sé por qué tanta amabilidad. A veces creo que sólo era porque supe que su corazón estaba herido y necesitaba la compañía… Otras, simplemente pensaba que era una forma de pagar el mal trato recibido… A veces, cuando ando romántica creo que sí le gustaba. Nunca lo supe realmente pero la verdad poco me importa ya.

“Poly”, dijo él pensativo. “Diminutivo de qué es ese nombre?”
“Pauline”, dije con una sonrisa. “Pero suena más al nombre de una estrella o una cantante por eso lo uso en el restorán”

“Debe ser muy duro trabajar ahí”

“No… Es muy entretenido, conoces a mucha gente y muchas historias. Muchas las he escrito aunque sólo he publicado en Internet, tengo algunos fans y les gusta mi trabajo. Algunos son regulares y les gusta que escriba de ellos, toman distancia de sus problemas y hasta encuentran la solución”

“Así es que arreglas corazones”, me dijo él mirándome a los ojos. “Podrás arreglar el mío?”

“Depende de cómo quieras arreglarlo”

No lo pensó mucho y antes de que me diera cuenta, me estaba besando. Primero suave como atemorizado de una reacción adversa, pero luego cuando se lo devolví comenzó a ser apasionado, pero al mismo tiempo, puro y dulce. A veces me preguntan qué sabor tienen los labios de Nick y siempre contesto lo mismo: Lápiz labial con toques de frutilla. Algunos creen que miento.

“Sí, puedo arreglar un corazón roto con besos”, le dije riendo. Lo guié hasta mi auto estacionado a una calle del restorán pero con la mirada le sugerí a él que eligiera el lugar.

“Mi hotel”, dijo.

“Muy bien”

Conduje lento por las calles húmedas. En la radio Goodbye is Forever sonaba casi distraídamente. Miré a Nick y él me devolvió la mirada. No dije nada, pero me moría de ganas por saber de la historia de esta canción.

“La letra es de Simon”, me dijo como adivinando mi pensamiento.

“Ya veo… Pero tú escribes, Nick?”

“Sí, a veces… me libera un poco. Aunque no creo que mis poemas, historias y demás tengan potencial de canción, ese es el territorio de Simon”

“No te molesta que ahora sean sólo ustedes dos?”

“No… la verdad es que tengo la esperanza de que John al menos volverá con nosotros. A veces lo extraño mucho. Al fin y al cabo, Duran era nuestro sueño”

“Sé que él también lo extraña y te extraña, siempre has sido su amigo, probablemente el único verdadero que ha tenido...”

“Desde los diez años…”, completó él.

“Bueno ya llegamos, Nick”

“Acompáñame. Te debo algo más que sólo un beso no? Además te prometí un café”

Sonreí. Era cierto. Me había invitado un café después de mi turno y el beso era sólo una antesala.

El hotel era bastante discreto, casi se podría decir que él no pertenecía a ese lugar, pero supongo que ahí ni la prensa, ni nadie lo molestaría, ni lo detectaría.

“Buenas noches, señor Smith”, dijo la recepcionista al vernos entrar. Yo sólo lo miré aguantando la risa.

“Smith?”

“Sí, no soy muy original, a veces, pero así nadie sabe dónde estoy. Un poco de tranquilidad es lo que busco acá y si tengo que cambiarme el apellido de nuevo…”

Ambos nos reímos. El me abrazó suavemente y me condujo hasta la habitación. No era muy lujosa, pero estaba limpia y muy bien arreglada.

“Por lo visto necesitabas escapar de ti mismo”

“Ser Nick Rhodes a veces es un gran trabajo”, dijo él. “No me mal entiendas, adoro lo que escogí para mi vida, adoro ser músico y no sería otra cosa nunca, pero la fama que trae a veces es un arma de doble filo”

“Por eso te rompieron el corazón”

“Sí…”

Sólo me miró. Sus ojos brillaban de forma extraña. ¿Lágrimas? Nunca lo supe bien, ya que en ese momento me abrazó fuerte y su cabeza se hundió en mi hombro por largo rato. Le devolví el abrazo tocando sus cabellos, jugando un poco con ellos confortándolo con leves caricias.

“¿Por qué tenía que ser así?”, dijo de pronto. “Si eres…”

Nunca completó la frase porque esta vez fui yo quien lo besó. Largo. Un beso eterno, dulce y único. De pronto en el mundo no había nadie más que nosotros. Ahí estábamos en la cama, sin darnos cuenta, nos desnudábamos con furia, con hambre para tocarnos. Lo necesitábamos más que la vida misma.

Me tomó por las caderas suavemente para colocarme debajo de él y así sin más preámbulo que nuestros jadeos y mis ganas, me penetró. No fue fuerte, pero fue con las ganas de alguien que desea tanto y ha vivido mucho.

Su ritmo y el mío estaban coordinados a la perfección. Éramos literalmente uno en ese acto. Nunca cerramos los ojos y muchas veces lo vi mirarme con deseo, con el deseo de alguien que no quiere que todo termine… Yo lo miraba memorizando cada facción, cada beso y cada jadeo de su parte. Como si no quisiera perderme detalle alguno como si quisiera salirme de mi propio cuerpo para observarnos a ambos.

“Nick”, dije casi en un susurro, mientras sentía venir mi orgasmo. Sin embargo, no quise cerrar mis ojos al ver que Nick también se venía conmigo. Ambos jadeamos cada vez más fuerte, hasta que sin querer ambos gritamos en ese éxtasis de puro placer.

A pesar del cansancio. Nick se mantuvo un rato encima mío mirándome y sin más se acercó una vez más a mis labios para besarlos suavemente una vez más.

“¿Se puede amar a alguien a primera vista?”, me preguntó.

“Sólo si dejas que eso pase”

“Creo que a ti te amaré siempre, Poly, aunque nunca más volvamos a vernos y nos olvidemos el uno del otro”

“Y yo también a ti… Nick… Dark Nick”

Sonreímos y nos quedamos así durante mucho rato. Pensando tal vez cómo detener el tiempo para que ese encuentro breve no terminara. Pero el final llega y con él, el adiós y la mañana trajo la despedida y la separación.

“Supongo que este es el adiós”, dijo él mientras me vestía.

“No te diré adiós”, le dije antes volver a mi vida cotidiana. “No te lo diré porque adiós es para siempre… Y siempre esperaré que alguna vez te pases por este pueblo olvidado de Dios para olvidarte de quién eres.”

FIN
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Mensaje  john's little girl Lun Feb 09, 2009 4:01 pm

es una de las mejors historias qe lei !
vos sos periodista o algo asi?
porqe si no lo sos , tendrias qe dedicarte a eso ...
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